38 Versículos de la Biblia sobre el Dolor
Porque su enojo dura un momento, pero su buena voluntad, toda la vida. Si lloramos por la noche, por la mañana tendremos alegría.
El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza.
Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto.
Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
Los malvados sacan la espada y tensan el arco para hacer caer a los pobres y humildes, ¡para matar a los de buena conducta!
El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará; por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes.
Ya no sufrirán hambre ni sed, ni los quemará el sol, ni el calor los molestará; porque el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios secará toda lágrima de sus ojos.
Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
Les dijo: —Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos conmigo.
En realidad, a mayor sabiduría, mayores molestias; cuanto más se sabe, más se sufre.
Señor, tú conoces todos mis deseos, ¡mis suspiros no son un secreto para ti!
Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.
Parecemos tristes, pero siempre estamos contentos; parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.
Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habían llegado con ella, se conmovió profundamente y se estremeció, 34 y les preguntó: —¿Dónde lo sepultaron? Le dijeron: —Ven a verlo, Señor. Y Jesús lloró.
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: «Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir.
Se han secado los viñedos y se han perdido las higueras. Secos quedaron también los granados, las palmeras, los manzanos y todos los árboles del campo. ¡Así se ha perdido la alegría de toda la gente!
Aleja de tu mente las preocupaciones y echa fuera de ti el sufrimiento, porque aun los mejores días de la juventud son vana ilusión.
el Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados.
«Pero ahora —lo afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón. ¡Ayunen, griten y lloren!»
Salmos 30:5
El Señor atiende al clamor del hombre honrado, y lo libra de todas sus angustias. El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza.
Salmos 34:17-18
Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto.
Romanos 8:22
Dejen todas sus preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
1 Pedro 5:7
Los malvados sacan la espada y tensan el arco para hacer caer a los pobres y humildes, ¡para matar a los de buena conducta!
Salmos 37:14
El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará; por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes.
Deuteronomio 31:8
Ya no sufrirán hambre ni sed, ni los quemará el sol, ni el calor los molestará; porque el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios secará toda lágrima de sus ojos.
Apocalipsis 7:16-17
Dichosos los que sufren, porque serán consolados.
Mateo 5:4
Les dijo: —Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos conmigo.
Mateo 26:38
En realidad, a mayor sabiduría, mayores molestias; cuanto más se sabe, más se sufre.
Eclesiastés 1:18
Señor, tú conoces todos mis deseos, ¡mis suspiros no son un secreto para ti!
Salmos 38:9
Alégrense con los que están alegres y lloren con los que lloran.
Romanos 12:15
Parecemos tristes, pero siempre estamos contentos; parecemos pobres, pero enriquecemos a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.
2 Corintios 6:10
Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habían llegado con ella, se conmovió profundamente y se estremeció, 34 y les preguntó: —¿Dónde lo sepultaron? Le dijeron: —Ven a verlo, Señor. Y Jesús lloró.
Juan 11:33-35
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
Juan 14:27
Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: «Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir.
Apocalipsis 21:3-4
Se han secado los viñedos y se han perdido las higueras. Secos quedaron también los granados, las palmeras, los manzanos y todos los árboles del campo. ¡Así se ha perdido la alegría de toda la gente!
Joel 1:12
Aleja de tu mente las preocupaciones y echa fuera de ti el sufrimiento, porque aun los mejores días de la juventud son vana ilusión.
Eclesiastés 11:10
el Señor devuelve la vista a los ciegos; el Señor levanta a los caídos; el Señor ama a los hombres honrados.
Salmos 146:8
«Pero ahora —lo afirma el Señor—, vuélvanse a mí de todo corazón. ¡Ayunen, griten y lloren!»
Joel 2:12
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